Por: ARSENY LEPIAVKA
Nota del editor: Arseny Lepiavka es Ingeniero Industrial por la UNAM y Maestro en Administración de Empresas por la Universidad de Harvard. Durante sus 30 años en el sector financiero ha llevado a cabo múltiples transacciones de venta y adquisición de empresas, reestructuraciones financieras, valuaciones de negocios en marcha e inversiones vía fondeo de capital y/o deuda. Es socio fundador de ZIMMA Corporate Finance. Su correo es arseny007@zimma.com.mx. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
(Expansión) – En múltiples transacciones de compra y venta de empresas que he lidereado, me he enfrentado en muchas ocasiones con compañías que están limitadas en su forma de innovar y de generar nuevas ideas. Es por eso que quiero compartirles una breve explicación de este método llamado “Design Thinking”.
Es una metodología para generar ideas innovadoras que centra su eficacia en entender y dar solución a las necesidades reales de los usuarios. Proviene de la forma en la que trabajan los diseñadores de producto.
Es una disciplina que usa la sensibilidad y métodos de los diseñadores para hacer coincidir las necesidades de las personas con lo que es tecnológicamente factible y con lo que una estrategia viable de negocios puede convertir en valor para el cliente, así como en una gran oportunidad para el mercado.
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La gran diferencia entre Design Thinking y un plan de negocios tradicional es que la primera se enfoca en atender la necesidad de un grupo de usuarios y una vez que encuentra la solución ya desarrolla el negocio, no como muchos planes de negocio en los que primero se tiene el producto y después ya se trata de encontrar a quién se le va a ofrecer.
Un ejemplo de cómo usarla en un caso de la vida real lo podemos ver al pensar sobre un auto de lujo. Si uno compra un auto de lujo pensando de la forma tradicional, uno esperaría recibir del fabricante un medio de transporte seguro, cómodo y con buen diseño. Pero si uno reflexiona profundamente, la propuesta de valor emocional es una promesa de sentimientos. Al comprar un auto de lujo, el fabricante te ofrece que te sentirás como una persona exclusiva, especial, con buen gusto y con un nivel económico sobresaliente del resto.
El proceso de Design Thinking se compone de cinco etapas no lineales. En cualquier momento se puede ir hacia atrás o hacia delante si se cree oportuno, saltando incluso a etapas no consecutivas. Se comienza recolectando mucha información, generando una gran cantidad de contenido, que crecerá o disminuirá dependiendo de la fase en la que te encuentres. A lo largo del proceso se irá afinando ese contenido hasta desembocar en una solución que cumpla con los objetivos del equipo. Y seguramente, incluso los supere.
Las 5 etapas del proceso son:
Empatizar: El proceso comienza con una profunda comprensión de las necesidades de los usuarios implicados en la solución que se esté desarrollando, y también de su entorno. Hay que ser capaces de ponerse en los zapatos de dichas personas para ser capaces de generar soluciones consecuentes con sus realidades.
Definir: Durante la etapa de Definición se debe filtrar la información recopilada durante la fase de Empatía y quedarse con lo que realmente aporta valor y lleva al alcance de nuevas perspectivas interesantes. Identificaremos problemas cuyas soluciones serán clave para la obtención de un resultado innovador.
Idear: La etapa de Ideación tiene como objetivo la generación de un sinfín de opciones. No debemos quedarnos con la primera idea que se nos ocurra. En esta fase, las actividades favorecen el pensamiento expansivo y se deben eliminar los juicios de valor. A veces, las ideas más estrambóticas son las que generan soluciones visionarias.
Prototipar: En la etapa de Prototipado volvemos las ideas realidad. Construir prototipos hace las ideas palpables y nos ayuda a visualizar las posibles soluciones, poniendo de manifiesto elementos que debemos mejorar o refinar antes de llegar al resultado final.
Probar: Durante esta fase se probarán los prototipos con los usuarios implicados en la solución que se esté desarrollando. Esta fase es crucial y ayudará a identificar mejoras significativas, fallos a resolver y posibles carencias. En esta fase evolucionaremos nuestra idea hasta convertirla en la solución que buscábamos.
Es imprescindible trabajar en equipo. Cuanto más diverso sea, mejor. Así se podrán sumar puntos de vista, conocimientos y experiencia. Aunque se debe tener un núcleo estable de personas que participen hasta el final, se podrán sumar otras dependiendo de la fase en la se encuentren.
En cualquier detalle se puede encontrar información trascendente. Se debe ser empático, tanto con las personas como con sus circunstancias. Cuestionarse el statu quo y no cargar con prejuicios o presunciones. Ser optimistas y positivos. Perder el miedo a equivocarse y ver los errores como oportunidades.
Me encantaría saber tus comentarios acerca de esta nota. Saber si alguna vez la haz utilizado o si la pretendes poner en marcha en tu compañía.
NOTE CREDIT: http://expansion.mx/opinion/2016/09/07/opinion-como-innovar-en-tu-empresa-utilizando-design-thinking